22 de agosto de 2010

Seis ;


Quise decirte al oído. Quise llorar por lo que fue. Quise enhebrar nuestros hilos por última vez. Y que la noche nos llevase a aquel ayer. Y de mi sombra un suspiro, y de mi piel la soledad, y de mi mundo ahora hundido sólo una verdad. Que no estás tu, y que no tengo nada más, nada más, nada más... Y se llenan tus palabras, y te cuesta comprender, por qué escucha cuando le hablas. Pero no quiere entender. Y se han deshecho vuestros lazos. Y ese cielo tan azul. Y han quedado sus pedazos, donde los pusiste tu. Y es encontrar el vacío, y es descubrir que la vida se te escapa mientras alguien como cruel enemigo escucha tu verdad para ignorarla y no creer en nada más, nada más... Y ahora quién llama al olvido y ahora quién vuelve a contar estrellas, que no brillarán si tú no cuentas conmigo, si no quieres soñar, vete en silencio. Ahora ya puedes olvidar, olvidar... Y se llenan tus palabras, y te cuesta comprender, por qué escucha cuando le hablas, pero no quiere entender. Y se han deshecho vuestros lazos. Y ese cielo tan azul, y han quedado sus pedazos, donde los pusiste tú. Y vuelve cada madrugada, y vuelve cada amanecer. El silencio en tu mirada tiene nombre de mujer, y se han deshecho vuestros lazos y ese cielo tan azul. Y han quedado sus pedazos, donde los pusiste, donde los pusiste tú.

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