24 de diciembre de 2010

Alguien, como puedes ser tú.


En ese momento solo se me ocurrió besarte en el cuello, sentí como si te diera un escalofrío y no pude evitar esa risita que me sale cuando sé que algo te pone. Tal vez como venganza me empezaste a acariciar el cuello, sabiendo que era incapaz de soportarlo, y para terminar de matarme me miraste a los ojos, sonreíste y me besaste, ¡sabes que soy incapaz de aguantar tus miradas y esas sonrisas de medio lado! Me cogiste y me pusiste encima tuyo y para continuar con los asesinatos te mordí la punta de la oreja y fui bajando... no me iba a rendir tan fácilmente, no iba a ser yo la que lo dijera. De pronto rompiste el silencio con lo más bonito que pudiste decir "Te quiero". Sonreí, aunque no estaba del todo segura de si lo hacía por el te quiero o por haberte ganado una vez más, de todas formas, no iba a terminar con el juego porque te rindieras.

No hay comentarios:

Publicar un comentario