2 de enero de 2011

Tú.


Otra vez tú, igual que la última vez que estuviste entre mi vida. Y han habido tantas cosas que he echado de menos. Pero todo este tiempo me han faltado esos abrazos, que me daban todo lo que necesitaba. Pero no sólo ha faltado eso. Ha faltado esa sensación de felicidad, que sólo tú podías hacerme sentir, cuando escuchaba vibrar la almohada en medio de la noche. O esa otra sensación de verte, después de un día, dos... después de los días que fueran, y abrazarte, y mirarte, y desgastarte entero.En todo este tiempo me he cruzado con unas cien personas que al pasar por mi lado he reconocido ese olor, sólo por ti. Porque mi ropa aún tiene tu olor. Y te he echado de menos, a ti y a todas esas cosas que tanto me gustaban. Cómo el simple hecho de coger y venirme a ver, día si día también. O toda esa chulería que demuestras en tu forma de andar. Y por no hablar de esos enfados inmediatos que cogías conmigo, por cualquier gilipollez, pero bastaba robarte un beso para quitarte esa cara de cabreo, que tanto me gustaba. O esos mordiscos que me daban tanta rabia. Pero sobretodo me ha hecho falta esa palabra, que sólo saliendo de tu boca tenía algún sentido para mi,resonando por todo mi cuerpo. O el simple hecho de no tenerte cada día, para contarte que tal el día, para preguntarte que será de mí sin ti, para abrazarte y para hacerte sentir un poco mejor, tan mejor como lo has hecho tú. Y es que me has hecho tanta falta, que daría entera mi alma para volver a aquel día, donde quise abrirle mi corazón a alguien como tú.

No hay comentarios:

Publicar un comentario