Shhhhhhhhhhhhhhhhhhe.

La persona probablemente menos complicada de la vida, gastando minutos tontos analizando lo que causo este desorden en mi esquemática cabeza. ¿Habrá sido todo lo que pasa últimamente?, ¿habré sido yo? o, ¿tal vez ha sido el gato de mi vecina? No lo sé, me engaño a mi misma diciéndome que no me importa, que soy así, complicada, dulce y salvaje. Pero me importa demasiado, hasta el punto de mirar una estúpida foto como una idiota, pensando en como hacer para solucionar las cosas. Aclarando nostálgicos sentimientos. Calderón de la Barca dijo un día: Cuando el amor no es locura, no es amor. Pero, ¿a que se refería con esa locura? ¿A la locura que causan en mi esos sentimientos, o a la locura de no saber lo que siento? Es complicada, la vida. Una simple acción tan sencilla como respirar. En realidad es un proceso en el que intervienen diversos factores interconectados entre si. Esa interconexión que nos hacer ser sociables, a la vez esta regida por los factores de socialización. Que nos fueron guiando hasta crear nuestro grupo de denominadas amistades. Toda acción desarrolla sus consecuencias. ¿Buenas, malas? Eso se ve con el tiempo. O quizás de ambas, que te harán arrepentirte, pero a la vez alegrarte por lo que has conseguido. Pero ¿y si solo trae malas consecuencias?, ¿entonces qué haces?, ¿lamentarte y ahogarte en tu frustración por hacer lo que tú en tu momento creías oportuno? ¡NO! Por que tu misma lo has dicho en ese momento era lo que tu creías, seguiste a tu conciencia, a tu corazón... O a cualquier impulso salvaje. El caso es que no te has dejado manipular, has sido libre por esa pequeña fracción y es lo que te debería hacer sentir bien. Ser libre, me hace el mayor bien del mundo. Por eso, cada uno tiene que perseguir lo que quiere, lo que le hace ilusión, aunque la gente le diga que no lo conseguirá. Esa gente, sólo dice que no lo conseguirás porque ellos tampoco creen en sus sueños, no tienen fe en si mismos, en fin, no son valientes ni libres.