30 de marzo de 2011

my smile.


Un miércoles como otro cualquiera, sin nada especial, lo mismo de siempre, te levantas y la misma rutina... pero de repente sientes que nada es lo mismo. Vas por la calle con una sonrisa en tu cara, saludas al chico de la cafetería, esperas impaciente a tus amigos en la esquina, típico, y te preparas para el mismo sermón de la semana. Por fin fuera, que alivio, parece siempre tan interminable. Vuelves a casa un poco aburrida pero aun así con la misma sonrisa. Agradeces la tarde libre que tienes para salir y despejarte, como siempre, te diviertes y te ríes con los amigos. Vuelves a casa pero hay algo que nunca cambia y que sigues manteniendo desde que a empezado el día, tu gran sonrisa. ¿Sabes? A veces es el mejor gesto que puedas dar, nunca sabes quien se va a enamorar de ella o a que tristes puede dar felicidad. Y seguirán pasando todos los días de la semana y te darás cuenta que cada día esa sonrisa será más grande, porque llegará el fin de semana y otra vez tendrás todo el tiempo para hacer lo que quieras, y eso se agradece. No sé, parece raro ver siempre sonriendo a alguien, ¿no? Pues si esto es así soy la persona más rara del mundo. Mucha gente me dice:
- Eh estas loca!
- ¿De que te ríes ahora? Me hace gracia cuando te ríes así.
Y yo lo único que pienso es que nunca llegaran a entenderme, nunca llegaran a entender porque siempre estoy así porque ni yo misma lo entiendo, es algo que no puedo controlar, soy demasiado alegre. Puedo estar riendo hasta en un momento serio por mucho que intente aguantarme la risa, es lo que tengo. Eso sí, si algo de verdad me hiere y es algo muy importante me tomo las cosas muy enserio y eso quien me conoce, lo sabe. Y puede ser que mucha gente no me soporte por ser así o por cualquier razón pero, ¿sabes el único gesto que podría regalarles también? Una gran sonrisa.

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